Estación El Labrador

La Estación El Labrador es una joya del transporte en el corazón del sector Bicentenario, dentro de la parroquia La Concepción en Quito. Delimitada por avenidas tan emblemáticas como Luis Tufiño al norte y la Real Audiencia al este, esta estación se sitúa estratégicamente en la intersección de la Av. Amazonas con calle Logroño.

Su presencia moderniza y dinamiza la movilidad en una de las zonas con mayor proyección de la ciudad, siendo parte integral de la Administración Zonal Eugenio Espejo. ¡Bienvenidos a un recorrido por El Labrador, un punto neurálgico del transporte quiteño!

Ubicación de la Estación El Labrador

Mapa Estación El Labrador

¿Buscas la Estación El Labrador? No te preocupes, tenemos la herramienta perfecta para ti. Con nuestro mapa interactivo, disponible tanto para celular como computadora, localizarás la estación de manera sencilla y rápida. Navega y sitúa este punto clave del transporte en Quito al alcance de un clic. ¡Nunca fue tan fácil moverse por la ciudad!

Tradiciones y Vida Comunitaria Cerca de la Estación El Labrador

La ciudad de Quito, conocida por su rica historia y tradiciones, lleno de cultura y vida. Uno de los puntos más representativos y de particular importancia es el sector cercano a la Estación El Labrador. Aquí, las tradiciones se mezclan con el progreso, y las historias del pasado resurgen para recordarnos la importancia de conocer nuestras raíces. Veamos cómo la historia y la vida comunitaria han moldeado este vibrante sector.

El antiguo Aeropuerto Mariscal Sucre

Antes de que la Estación El Labrador fuera el bullicioso centro de transporte que es hoy, este sector era reconocido principalmente por el ex aeropuerto de Quito. Una vasta extensión de tierra que, después de trasladar sus operaciones a Tababela en 2013, dio paso a lo que hoy es la cabecera norte de la PLMQ.

Este aeropuerto, que funcionó en la zona de Chaupicruz, tiene raíces que datan de tiempos donde los caminos de herradura eran la principal vía de comunicación con poblados del norte y noroccidente. Y si nos remontamos al siglo XIX, este sector se convirtió en el refugio predilecto para el descanso y vacaciones de los quiteños, muchos de los cuales tenían propiedades en la zona.

Es en 1936 cuando esta área adquiere un nuevo significado con la instalación del primer campo de aviación. Sin embargo, no sería hasta 1960 cuando se inauguró oficialmente la terminal aérea de Quito, que funcionaría hasta 2013.

Parque Bicentenario: Un pulmón verde en la ciudad

Con el traslado del aeropuerto, nació el Parque Bicentenario, un espacio que no solo ofreció a la ciudadanía un lugar de esparcimiento, sino también un santuario para la flora y fauna locales. La visión detrás de este parque fue desarrollar un sistema de ecosistemas naturales compuesto por bosques y humedales, creando así un hogar para una variedad de especies animales.

Además, este espacio se inserta perfectamente en el sistema de corredores verdes de la ciudad, facilitando la movilidad de la fauna urbana y convirtiéndose en un punto de referencia para la conservación ambiental en Quito.

Adaptación y Reconocimiento

A pesar de los cambios radicales que ha experimentado el sector a lo largo de los años, la comunidad ha demostrado una increíble capacidad de adaptación. Los residentes del área no solo han acogido los cambios, sino que también han sabido mantener y resaltar aspectos fundamentales que definen su identidad:

• Ambiental: La proximidad del parque ha creado una conciencia ecológica entre los habitantes del sector, quienes se han convertido en los principales custodios de este pulmón verde.
• Patrimonial: La rica historia del sector, evidenciada en hallazgos en barrios como La Florida y Cotocollao, destaca la necesidad de preservar y valorar los elementos arqueológicos que enriquecen la identidad de Quito.
• Historia: La evolución del sector, desde sus días como centro de aviación hasta su transformación en un epicentro de transporte y recreación, es un testimonio del dinamismo y resilencia de la comunidad.

La zona cercana a la Estación El Labrador es un tapestry de historias, tradiciones y vida comunitaria que merece ser contada y reconocida. Es un recordatorio de que, mientras la ciudad avanza y se transforma, las raíces y la historia siguen siendo fundamentales en la construcción de nuestra identidad colectiva.