¿Por qué fallan las puertas del Metro de Quito? Causas, consecuencias y soluciones reales

El Metro de Quito, una de las obras más emblemáticas del transporte moderno en Ecuador, ha enfrentado recientemente una serie de inconvenientes técnicos que han puesto a prueba su capacidad operativa y de mantenimiento. Entre estos, uno de los más recurrentes y preocupantes ha sido el fallo en el sistema de puertas de los trenes. Pero, ¿de quién es la responsabilidad? ¿De los usuarios que mal utilizan el servicio o de una falta de mantenimiento adecuado?

Una infraestructura moderna con desafíos persistentes

El sistema del Metro de Quito fue concebido como una solución integral a los problemas de movilidad urbana. No obstante, desde su entrada en operación, ha registrado interrupciones del servicio que generan malestar en la ciudadanía, especialmente cuando estas fallas se repiten en un mismo mes.

Durante mayo, por ejemplo, las estaciones La Magdalena, San Francisco, Carolina, Morán Valverde e Iñaquito reportaron incidencias técnicas relacionadas con el mecanismo de apertura y cierre de puertas, lo que llevó incluso a la evacuación de trenes y retrasos prolongados en el servicio.

¿Dónde está el origen del problema?

Según declaraciones oficiales de Diego Mosquera, coordinador de Mantenimiento del Metro, el problema tiene una causa mixta:

  • Por un lado, el mal uso del sistema por parte de algunos usuarios, quienes bloquean, jalan o impiden el cierre de las puertas.
  • Por otro, la alta sensibilidad del sistema automatizado, que, si bien busca proteger la integridad de los pasajeros, también es susceptible a fallos por obstrucciones mínimas.

¿Qué sucede cuando las puertas no se cierran correctamente?

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El sistema del Metro cuenta con una tecnología de seguridad avanzada: los trenes no se desplazan si detectan que alguna puerta no está completamente cerrada. Incluso una mínima obstrucción —como un equipaje mal colocado o un brazo extendido— puede detener el viaje.

Cuando el operador no logra cerrar las puertas tras tres intentos, se activa una alarma que detiene automáticamente el convoy y notifica al centro de control. En consecuencia, todo el flujo de trenes detrás del afectado también se detiene, generando un efecto dominó que colapsa temporalmente el sistema.

Mantenimiento, prevención y nuevas estrategias

Para enfrentar esta situación, la empresa operadora ha intensificado su plan de mantenimiento. Según Mosquera:

“Hemos reforzado la verificación, limpieza, engrase y comprobación de contactos para asegurarnos de que las puertas funcionen correctamente”.

Cada tren debe pasar por una revisión técnica cada 45 días o tras recorrer ciertos kilometrajes clave (120.000, 150.000 y 180.000 km). Aun así, se ejecutan controles diarios para garantizar la operatividad.

Además, se ha implementado un nuevo sistema de apertura automática de puertas, que funcionará únicamente en horas pico (06:00 a 09:00 y de 17:00 a 20:00). Fuera de estos horarios, el usuario deberá presionar el botón amarillo de apertura, reduciendo así el desgaste innecesario del sistema.

Cultura Metro: educar para prevenir

Una de las respuestas más innovadoras ha sido la campaña educativa Cultura Metro, que busca promover el uso responsable del transporte público. Este programa involucra a educadoras que, de manera lúdica y amigable, recorren los vagones enseñando buenas prácticas a los pasajeros:

  • No correr en las estaciones.
  • Respetar la línea amarilla de seguridad.
  • No apoyarse en las puertas.
  • Dejar salir antes de entrar.
  • No consumir alimentos ni bebidas en los vagones.
  • Usar adecuadamente el botón de apertura.

Además, se busca prevenir infracciones sancionadas. Obstruir el cierre de puertas, por ejemplo, puede acarrear multas de hasta el 100 % del salario básico unificado.

Quienes demuestran haber aprendido las reglas reciben como incentivo pequeños libros culturales que pueden ser coleccionados. Esta estrategia busca reforzar el comportamiento positivo entre los usuarios del sistema.

Impacto en cifras: uso del Metro de Quito

Los datos oficiales demuestran una alta demanda y una presión constante sobre la infraestructura:

  • 21 de marzo: mayor número de pasajeros en un solo día (201.475 personas).
  • 4 de marzo: menor afluencia (80.411 personas).
  • Abril: 5.249.051 usuarios movilizados.
  • Mayo: récord diario con 226.055 pasajeros.

Estas cifras reflejan que, a pesar de los fallos, el Metro de Quito sigue siendo un pilar fundamental para la movilidad de la ciudad.

¿Qué más se puede hacer?

El debate entre responsabilidad del usuario y mantenimiento técnico seguirá presente mientras no exista una cultura ciudadana sólida ni una infraestructura 100 % confiable. Sin embargo, hay acciones concretas que pueden minimizar los problemas:

  • Mayor inversión en mantenimiento predictivo.
  • Sensores más resistentes a la manipulación externa.
  • Campañas masivas de educación ciudadana.
  • Aumento del personal de supervisión en andenes.

El trabajo conjunto entre ciudadanía y operadores es clave para garantizar la continuidad y mejora del servicio.

Conclusión

Las fallas en el sistema de puertas del Metro de Quito no responden a una única causa. Se trata de un problema multifactorial que requiere tanto la responsabilidad individual del usuario como un mantenimiento riguroso y constante por parte de la empresa operadora.

Con medidas técnicas adecuadas y educación ciudadana continua, el Metro podrá consolidarse como un referente de movilidad moderna, segura y eficiente para todos los quiteños.

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